A pesar de ser un sector laboral conformado mayoritariamente por hombres, el pasado 2022 fue un gran año para el cine español y también para las mujeres que hacen cine español. Los premios Goya fueron reflejo de este fenómeno. Los datos que se pueden observar son muy esperanzadores e indicativos de que la igualdad está cada vez más cerca y esto se tradujo en los cambios notables observados en muchas de las categorías que tradicionalmente se han reservado exclusivamente a los varones. En un país en el que conseguir la igualdad plena entre hombres y mujeres se ha convertido en un objetivo primordial en todas las esferas, tanto públicas como privadas, la industria del cine no se puede ni se debe quedar atrás.
Por primera vez en la entrega de los Goya, encontramos a cinco mujeres nominadas en las dos categorías de dirección: Carla Simón y Pilar Palomero (Alcarrás y La maternal) y Elena López Riera, Alauda Ruiz de Azúa y Carlota Pereda (El agua, Cinco lobitos y Cerdita), fueron candidatas a la dirección novel. En la categoría de mejor Dirección de Producción, todas las aspirantes al premio fueron mujeres. Son muchas las iniciativas que se están llevando a cabo para acabar con la desigualdad. La falta de representación de mujeres en este sector hizo que en el año 2006 se crease la plataforma conocida como CIMA, asociación de mujeres cineastas y medios audiovisuales españolas que tiene el objetivo de “fomentar la presencia igualitaria y equilibrada de mujeres del sector en el medio audiovisual”. Desde CIMA, se promueven diferentes programas de impulso a aquellos proyectos que están liderados por mujeres.
CIMA también realiza todos los años un informe anual que refleja los datos de participación de mujeres en la industria del cine y audiovisual. No obstante la indiscutible mejoría, los porcentajes del último, referente a 2021, son claros: la presencia de las mujeres en la creación de largometrajes fue ese año de un 32% frente a un 68% de hombres. En 2015, los porcentajes eran de un 26% frente a un 74%. Las cifras son peores si se observan las mujeres en cargos de responsabilidad. En 2021, solo un 26% de las películas fueron producidas y un 21% dirigidas por mujeres. Existen únicamente dos cargos de responsabilidad que están feminizados en la industria: el diseño de vestuario con un 82% de mujeres y el de maquillaje y peluquería, con un 66%. Es también una triste realidad que los largometrajes dirigidos por hombres son mucho más costosos que aquellos que dirigen mujeres según también los datos de CIMA. Para equilibrar la balanza, en este último 2022, el Ministerio de Cultura se ha puesto manos a la obra.
A través del ICAA (Instituto de Cinematografía y Artes Visuales) se impulsa un sistema de cuotas en colaboración con CIMA que favorece aquellas películas en las que los puestos de mayor responsabilidad los desempeñan mujeres. Esto no solamente ha propiciado la aparición de nuevas directoras, también de nuevas operadoras de cámara, compositoras, y responsables de sonido y efectos especiales. En definitiva, se pretende propiciar la aparición de mujeres en puestos de responsabilidad que han sido hasta ahora desempeñados mayoritariamente por hombres. A pesar de que este sistema de “discriminación positiva” está dando sus frutos, no es una medida que debiera prolongarse en el tiempo más de lo necesario. Según la Ley del Cine, el 40% de las ayudas se tienen que destinar a la producción de largometrajes a manos de directoras. El objetivo no es que se valore más el trabajo de una mujer simplemente por hecho de serlo, sino por la calidad del proyecto que presenta y por el hecho de ser persona. Estas medidas se incluyen dentro de un plan impulsado desde el ICAA, conocido como “Plan de acción 50/50 para 2025”, que pretende alcanzar la igualdad y “favorecer una mayor incorporación de las mujeres en el sector audiovisual”.
Desde el año 2011 existe el distintivo que se otorga a las películas calificadas como “Especialmente recomendada para el fomento de la igualdad de género”. El pasado junio, la Academia de Cine creó la Comisión de Igualdad para fomentar y sensibilizar en esta materia. Entre los muchos programas en los que participa CIMA encontramos propuestas muy interesantes y eficaces como CIMA IMPULSA (enfocado al desarrollo de proyectos creados por guionistas mujeres acompañados por productoras noveles) o CIMA MENTORING 1T01 (el primer programa en España dirigido a diversas especialidades técnico-artísticas y creativas de la industria). Más allá de Europa, CIMA trabaja con diferentes asociaciones iberoamericanas para crear un programa enfocado a la creación de una red de Mujeres Iberoamericanas del Audiovisual.
Para alcanzar la igualdad es necesario, además de recurrir a las instituciones del Estado, tal y como hemos visto hasta ahora, apelar también a los organismos internacionales y conocer la situación en el resto de Europa y en el mundo. La propia Agenda 2030 de la ONU tiene como objetivo esencial alcanzar la plena igualdad de género. Según el último informe del Observatorio Audiovisual Europeo 2022/2023, las directoras representan únicamente un 22%, curiosamente casi el mismo porcentaje que en España, siendo el género de documental aquel en el que más se hacen notar con un 30% de participación. La buena noticia es que en la categoría de productoras, tanto de largometrajes como de series de TV, es aquella en la que hay más mujeres, siendo de un 34% en el primer caso y de un 43% en el segundo.
Además de este informe del Observatorio, también encontramos otro de gran interés como Female professionals in European film production. En el mismo, se analiza la situación de la mujer en la creación de largometrajes europeos producidos entre 2017 y 2021. Los porcentajes indican que únicamente el 11% de las mujeres dirigió dos o más películas frente al 16% de los hombres. Las directoras de fotografía y compositoras son las dos categorías en las que existe una menor participación femenina, en ambas del 10%. Más allá de las cifras y los porcentajes, los espectadores y el propio arte cinematográfico son los principales ganadores cuando las mujeres ganan. Gracias a su indiscutible empuje, las historias se cuentan desde un punto de vista diferente al que ya conocemos, un punto de vista nuevo que hace que aumente nuestra visión del cine y amplía nuestro horizonte a la hora de conocer nuevos relatos. Que existan también cada vez más personajes femeninos, provoca que se estén tratando temas como la maternidad, la amistad y la libertad desde otra óptica. La revolución de las mujeres sin duda lo esta cambiando todo.
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